Laura Victoria - A media voz
y tú, el de la boca oscura de placeres, el de las manos hondas de caricias, me seguirás con el deseo mudo, me beberás con la sonrisa casta, y al fin caerás ante mis pies ligeros con la sierpe del cuerpo encadenada. Habrá un chisporretear de pebeteros, y alargarán las sombras sus caderas morenas: yo seguiré mi danza,
